
Hablo del Cerro Alegre, sí, el mismo. El de la Poética ciudad de Valparaíso, de la ciudad que es una fuente interminable de nostalgia.
Subir por los ascensores y disfrutar de una bonita panorámica (siempre y cuando no mire al mismo lado que el fotógrafo jeje), recorrer sus subidas laberínticas,

tomar fotos, caminar por el paseo Atkinson (desde ahí se puede ver casi todo el puerto), ir al palacio Baburizza, ir a exposiciones artísticas, bajar por Almirante Montt.
Disfrutar de una agradable conversación, amenizada por algún cigarrillo, si no fuma, hágalo para la ocasión. Tomar agua de agua mineral sin gas o gas light. Lo ideal sería caminar por esos lugares a e

so de las cinco de la tarde, para finalizar a eso de las siete en el “Color Café”, disfrutando un té de manzana, té verde o simplemente un café con crema, amenizado por un cigarrillo y por música tipo bosanova o acid jazz, del estilo Koop. o Bebel Gilberto.
Si no hay dinero para el “Color Café”, el cual no es caro. Puede dedicarse a cantar un rato para juntar la plata para la once.
Lo Necesario:
1.- Jugo de durazo o duraznos.
2.- Agua Mineral
3.- Si es posible galletitas de avena.
4.- Una cámara fotográfica
5.- Buena compañía
6.- Waltz for Koop de Koop.
7.- Tanto Tempo de Bebel Gilberto
8.- Protector solar factor 60
9.- Algún niño que se parezca a Freddy Turbina