interpretaciones

Todos necesitamos tener nuestro lado tierno, todos necesitamos a alguien a quien demostrar afecto, todos necesitamos sentirnos queridos, recibir afecto, sentirnos valorados... nadie puede ser rudo todo el tiempo, en algún momento aflora nuestro lado sentimental.

Es raro pero mi lado sentimental no aflora con cosas que se suponen que deben dar pena, por ejemplo no lloro con “la nota humana”, “las notas solidarias”, etc. Lo mío va por lo simbólico, con ciertas escenas, detalles, gestos, olores o sonidos. A veces me emociono con cosas que encuentro lindas o hasta... ahhh! Ya sé, mejor pongo un ejemplo

Hay una canción que me emociona mucho, dice mas o menos así:

“Tengo una canción, una habitación, tengo una muñeca que regala besos.
Nada en especial, una emotival no sé cuántos huesos y una foto de papá y mamá...
¡qué jóvenes están!
Tengo que aprender uno y uno: tres, ya se que la vida es una herida absurda.
Ganas de matar, dos copas de más, una risa curda,
un libro viejo de Roberto Arlt que no me deja en paz.
Tengo una cruz de estrellas en el sur.
Y, además, hoy por hoy, ¿donde voy?
loco, mareado por los focos de azúcar y de sal, de miedo y vanidad.
Del ciclo que cumplí, del pibe que no fui, de todo lo que deja cicatriz.
Y no hay manera de evitar el salto mortal de vivir.
Miércoles... jugo de ceniza,
lunes... pétalos de tiza en el cristal
Y... en fin, tengo todo lo que perdí,
fumo Parisiennes, toco con Chopin,
cultivo mi jardín, me pone triste el mar,
y, cuanto tardas en venir, mi cama es una cama de hospital...”

Como en el cine, la música y casi todo... La interpretación es personal.